Síntomas regionales Sulphur, E. B. Nash

SULPHUR

Voy á dar una ligera idea de la esfera curativa del rey de los antipsóricos y no trato en este lugar de hacer una defensa de la teoría de la psora de Hahnemann contra aquellos que la combaten porque no la comprenden. Lo cierto es (y en ello están conformes los que la han comprendido y siguen en su práctica los consejos de Hahnemann para su uso) que Sulphur tiene el poder de suprimir ciertos obstáculos que se oponen á la acción de los medicamentos, cuando están indicados por los síntomas, al menos así lo parece, y esto es la razón por la cual se leen en los libros estas frases: «Cuando el remedio indicado por los síntomas no cura, adminístrese Sulph.» pues la psora es el obstáculo que dificulta la curación. Y si , se me pregunta ¿qué es la psora? contestaré en verdadero estilo yankee ¿qué es la escrofulosis? Porque quizás la psora es la escrofulosis y la escrofulosis es la psora; agestión de nombres  pero existe algo, nominado ó indenominado que puede ser reconocido y complica frecuentemente las enfermedades agudas y procede del mismo modo que con la sífilis una vez adquirida ó heredada, no importa cual enfermedad aguda se contraiga, estamos obligados á suspender por breves instantes su tratamiento para ocuparnos del viejo enemigo, siempre en vigilia y lo mismo acontece con la psora. No es malo teorizar y filosofar pero ténganse presentes los hechos y procédase en consecuencia (Véase un. caso de Gastralgia en el capítulo
«Ars, y otro de Neuralgia en el de Causticum.»)

Respecto al síntoma «Cuando seleccionado un medicamento, éste no actúa favorablemente» etc. como dijimos, al hablar de cierto grupo en el capítulo de Nux Vom. es en cierto modo, una fórmula de generalización. Sulph, no es el único remedio antipsórico capaz de remover las complicaciones dependientes de la psora, aunque cubre las mayores manifestaciones en su patogenesia que ninguno otro, puesto que Psorinum Caust., Graph. etc. pueden ser usados en su lugar, y sabremos cual, por la misma ley que nos guía en la selección del medicamento apropiado. Pero tampoco debemos olvidar lo siguiente: todos los medicamentos antipsóricos tienen su individual esfera de acción, aparte de sus poderes antipsóricos y á
menudo, un estudio cuidadoso del caso, cuando todos los remedios han fallado á causa de la psora, demuestra que el remedio antipsórico era el que correspondía al verdadero «similimum» independiente del elemento antipsórico y conforme á su patogenesia.

Tratar de exponer la total acción de Sulph, sería exponer toda su sintomalogía, y este no fué mi objeto al publicar mis apuntes clínicos, porque sólo pretendo señalar las principales indicaciones que condcirán al estudioso práctico á una investigación más avanzada de la Materia Médica.

Uno de los más importantes característicos de este remedio está en las sensaciones, es Ardores. Ardor en el vértice (dentro ó fuera de la cabeza), en los ojos, en la nariz (por las mucosidades irritantes) en la cara, sin coloración rojiza, en la lengua, en la boca (vesículas) en la garganta con gran resequedad primero en el lado derecho y después en el izquierdo, en el estómago, en el recto con sensación de presión, en las hemorroides acompañado de picores, en el ano, en la uretra, en la vajina que impiden á la paciente permanecer quieta y tranquila; los pezones se sienten como carbones encendidos, ardores en el pecho que se extienden hasta la cara^ entre los homóplatos (Phosph. Lycop) en las manos, en los pies obligando á sacarlos de debajo de los cobertores en busca de frío, bochornos, ardor de la piel de todo el cuerpo, las erupciones arden más después de rascarse etc.

Después de leer esta interminable lista de ardores como característicos de Sulphur no debe de extrañar que el infierno esté pro visto en demasía de esta substancia, porque se destaca de su patogenesia que uno debe estar eternamente ardiendo. Ars. Phosph. y Sulph, son los tres principales medicamentos que pueden llamarse ardientes, y dichas sensaciones se encuentran en las enfermedades agudas como en las crónicas. Por supuesto que hay otros remedios que poseen el síntoma en un grado intenso, y deben escogerse, si
los demás completan el retrato de la similitud; entre ellos nombramos Acon.( Apis. BelL Canth,Caps. y Cafbo anim. y Pkosph. acid. Creo que Arscn. se el primero, en las enfermedades agudas y Sulph.  en las crónicas, y como homeópatas todavía no apre ciamos por completo el valor de las sensaciones.

La acción de Sulphur sobre la circulación es originar y curar las congestiones locales y la tendencia crónica á ser producidas; en otras palabras tiene el poder de regularizar la circulación en las personas predispuestas á las inflamaciones y congestiones locales. Estas, sean agudas ó crónicas, se manifiestan en los acnés, congestiones portales ó abdominales y de ahí su uso para las hemorroides suprimidas, congestiones de la cabeza por la misma causa, . del pecho cuando hay gran dificultad para respirar, y pide el enfermo
que las puertas y ventanas estén abiertas; en estos casos la sangre parece se dirije toda á los pulmones, el corazón se siente demasiado lleno, palpita y trabaja con demasiada energía, como si tratase de librarse de la pesada carga que lo agobia.
Los orificios del cuerpo se sienten congestionados y se ven rojos, los labios como pintados de vermellón, las orejas párpados, ano y uretra rojos. Estas claras manifestaciones de Sulphur. son tanto mas ciertas, si siguen ó son consecuencia de la supresión ó retrocesión de alguna erupción de la piel. Si las afecciones internas tienden á buscar camino hacia el exterior, no deben existir temores de alarma, pero si la dirección es inversa, los peligros son reales y serios y nadie se atreverá á negarme que no haya relación entre las
afecciones de la piel y las afecciones de los órganos profundos. Yo he visto de ello muchos casos y muchos  he curado, logrando con la restauración de la enfermedad cutánea, el alivio de la interna que fué la determinada por su retrocesión ó supresión.

Hay en Sulph. una propiedad á menudo descuidada por los médicos en general, ó sea su gran poder de absorción. Es después del período de efusión, ó más tarde, cuando esto ha pasado y las resultantes del período inflamatorio son presentes como en las exhüdaciones en las cerosas de la pleura, meringeas, peritoneo, ó en los derrames en las cerosas articulares, el momento propicio para la administración de Stdph, Bryon. es uno de los primeros remedios, eri el cual se pensará én estos casos, pero hay otro que le hace buena competencia, Kaltmuriaticum] pero cuando el caso está complicado con psora, y especialmente si los ardores están presentes, Sulph. con seguridad realiza la curación. Bryon, y Sulph. se com-
plementan; pero el estudio de los síntomas decidirá en favor de cualquiera de ellos. Y aquí sería conveniente hablar del poder de Sulph. para excitar la reacción del
organismo. -El medicamento conveniente fué bien elegido- y parece que aliviaba al enfermo, pero la curación se dificulta ó se establece muy despacio. Esto se debe á una depresión de la fuerza vital como diría Hahnemann, á causa de la psora, lo cual no discutimos, pero dése una dosis á Sulphur. permítasele actuar por algunas horas en los casos agudos, ó por cierto número de días en los crónicos, vuélvase más tarde al primitivo remedio y se obtendrán resultados que no  hubiesen venido sin el auxilio de Sulph. que aclara el cuadro de síntomas, la impide tomar un carácter crónico ó por lo menos una prolongada y penosa convalecencia.

Ningún otro medicamento posee una acción tan general, persistente y positiva sobre la piel, como Sulphur. Como sus erupciones, el picor y el ardor son las sensaciones características, y si alguien duda del efecto de Sulph, para originar el picor trabaje por un día ó dos en el cuarto de blanqueo de una fábrica de escobas. Yo he realizado el experimento, y requerdo
el hecho, de que nuestros abuelos empleaban este procedimiento para curar el prurito.

Tan intenso es el efecto de Sulph, sobre la piel, que parece que empuja- todo lo que haya en el organismo hacia afuera, tal como si la piel reclamase lo que le pertenece. Hace veinticinco años, tuve un caso que comprueba esta afirmación. Una señorita (solterona) estuvo enferma por espacio de 14. años, y su enfermedad parecía tener su localización principal en el
estómago, pues durante todo dicho período de tiempo, apenas comía un pequeño pedazo de pan y un poco de leche, lo suficiente para no perecer de inanición, y últimamente soportaba una simple cucharadita de leche de una sola vez. Así pues, parecía un esqueleto viviente. La traté por algún tiempo sin éxito alguno ensayando varias medicinas, pero ha-
ciéndole preguntas, averigüé que hacía como unos ‘ quince años padeció de un eczema del cuello que se  le suprimió por completo con yna pomada, estando satisfecha de que jamás se le volvió á presentar ninguna otra manifestación de aquel. Guiado por éste dato, le di Sulph, á la 200 y á las tres semanas el eczema apareció, coincidiendo con la supresión de todos los síntomas gástricos. El sacerdote de la población un día que la vio que subía una colina en el camino de la iglesia, á donde ella se dirigía á cumplir sus deberes religiosos, no pudo menos de exclamar: «Allí viene Susana F. que há estado muriéndose durante quince años, y sin embargo está ahora más fuerte y gruesa que cualquiera de nosotros.»

Puedo señalar muchos otros casos análogos al presente, curados con Stilph. Arsen.Caust. ú otros remedios, pero hay que tener siempre á la vista ja circunstancia forzosa de que los síntomas tengan valor positivo podamos ó no darles su interpretación patológica.
Ahora señalemos de la patogenesia de Snlph. algunos de estos más ó menos importantes síntomas:

«Eficaz en las personas delgadas que caminan ó se sientan inclinadas hacia adelante: la posición sentada es la más incómoda que soportan.»

«Individuos sucios, desaseados, predispuestos á las enfermedades de la piel.»

«Los niños no gustan ser aseados ó bañados.»

«Picor voluptuoso, el rascar alivia, pero después se siente intenso ardor.»

«Las enfermedades con frecuencia recidivan.»

«Congestiones locales en diferentes órganos.»

«Dolor en el corazón que se dirige á la espalda.»

«Constitución escrofulosa (psora) y afecciones resultantes de erupciones suprimidas. »

«Excreciones por todos los orificios del cuerpo, que son acres,. excoriantes y ardorosos.»

«Olor fétido del cuerpo, á pesar del uso de los baños.»

«Bochornos con desmayos, decaimiento, debilidad, que se repiten durante el día.»

«Ardor de los pies, deseando un lugar frío para colocarlos, los seca fuera de los corbertores de la cama para enfriarlos (Cham, Medorrhinum Sanícula.»

«Se siente sofocado, pide que las puertas y ventanas estén abiertas, sobre todo en la noche.»

«Diarrea después de media noche, sin dolor, que lo hace salir pronto de la cama, en las mañanas, como si se sintiese el intestino demasiado flojo para contenerla.»

«Sensación de debilidad, vacío ó hueco en el estómago á las II a. m . »

«Lengua blanca con las puntas y bordes rojos.»

«Calor en el vértice de la cabeza, pies fríos y frecuentes bochornos.»

Todos los buenos homeópatas conocen el valor de estos y otros muchos síntotnas que pertenecen á este remedio aunque la mayoría no los aprecien tanto como debieran, pero sólo aquellos qué lo emplean á muy altas potencias, pueden estimar lo que vale el Sulph, y saber todo lo que es capaz de curar.

 

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