Síntomas regionales IPECA, E. B. Nash

homeopatiaEstá a la cabeza de todos los medicamentos para la nausea. En cualquiera afeción acompañada con nausea persistente, se atraerá siempre nuestra atención hacia este remedio.

Llamamos náusea cuando el enfermo no se alivia con vomitar, es decir, se siente tan malo antes como después de hacerlo.

Tal estado se encuentra a menudo en conección con trastornos gástricos por errores dietéticos y la elección deberá hacerse entre Ipeca, y Puls, por que ambos son útiles en las perturbaciones gástricas motivadas por  abuso de una alimentación mixta, como pasteles, helados, carne de puerco, substancias grasas, etc. Puls. puede considerarse mejor, cuando el alimento está en el estómago. Ipeca después que ha sido expulsado pero sin embargo la náusea persiste. Además, con Puls. la lengua está frecuentemente saburrosa como en Antim crud. en tanto que con Ipeca. puede estar o ligeramente saburrosa o perfectamente limpia.

Estos vómitos con la lengua limpia no son sin embargo una indicación infalible para Ipeca, porque algunas veces la encontramos en conexión con síntomas verminosos, casos en que Cina lo tiene prominente siendo éste el remedio. Digit. lo tiene también en las enfermedades del corazón. Ipeca, afecta todo el tubo intestinal y un síntoma característico es, que el estómago e intestinos se sienten como relajados y colgantes.

Hay tres clases de deposiciones intestinales o mejor dicho tres diarreas características en Ipeca.:

1. Deposiciones fermentadas, espumosas, como levadura.

2. Deposiciones verdes como yerba, mucosas ó acuosas.

3. Deposiciones viscosas, disentéricas; con más o menos sangre.

Todas estas deposiciones se encuentran muy a menudo en los niños, sobre todo durante el verano, por comer demasiado, o por cosas indigestas, pero una dosis de Ipeca, a la 200* establecerá la normalidad e impedirá que el enfermito se agrave con los fenómemos de la entero colitis o cólera infantil, que llega a ser con frecuencia una afección muy seria y obstinada.

La náusea característica es una de las indicaciones más seguras. También encontramos esta náusea cuando el remedio es el indicado’en las cefalalgias. La cabeza se siente como si estubiera magullada y el dolor se extiende a través de los huesos hasta la raíz de la lengua. Esta clase de dolores de cabeza pueden ser de origen reumático, pero la náusea es siempre la misma, si Ipeca, es el remedio adecuado. Una de las formas de los dolores de cabeza de origen gástrico es aquella en que la náusea comienza antes del dolor y continúa durante él.

Cuando se tema que haya hidrocefalia y se presente la náusea, Ipeca, aclarará el caso en muy pocas horas. También encontramos que la náusea acompaña a la tos en las afecciones de los órganos respiratorios, en las hemorragias y en las fiebres, en las cuales está perfectamente indicada. En suma, nada podemos hacer mejor que repetir la expresión de Hering: Náusea malestar constante en casi todas las afecciones las cuales parece que vienen del estómago, con eructos de gases, acumulación de mucha saliva, desfallecimiento y esfuerzos para vomitar, nada alivia.

Durante la náusea la cara está por lo común pálida, los ojos hundidos, con bordes azulosos, y frecuentemente hay más o menos contracción de la cara y labios y somnolencia después del vómito. Poseemos un gran número de remedios que son poderosos eméticos, como Ant. tart.y Zincum sulph.y Lobelia y Apomorp  pero en ninguno que yo sepa la náusea es tan persistente, ni se encuentra tan relacionada con otras mucha afecciones. Por supuesto que ningún síntoma aislado, por intenso que sea, justificaría una prescripción si no hubiera otros tan importantes en el mismo caso, por ejemplo: Si hubiere ardor en el estómago, sed intensa, pero no se puede beber, gran desasosiego y postración, pensaríamos en Ars. alb. y es frecuentemente el mejor remedio después de Ipeca, si el caso fuera de mal en peor. Ipeca, afecta las mucosas de los órganos repiratorios de un modo tan prominente como lo realiza con las del tubo digestivo. Hay gran acumulación de mucosidades que obstruyen las celdillas aereas y los bronquios, al extremo de parecer existe gran peligro de sofocación.

Anotemos los síntomas:

– «Intensa dispnea con repiración sibilante

– gran peso y anciedad en la región precordial’

– Estertores gruesos (Antim, tart)

– Amenazas de asfixia por acumulación de mucosidades, Esta excesiva acumalación de mucosidades en los tubos respiratorios, parece que exita el espasmo, como cuando hay un cuerpo extraño y un ataque de asma, o una tos espasmódica, o ambas cosas juntas pueden ser la consecuencia. Pero la tos espasmódica y el asma no siempre dependen de la acumulación de mucosidades, porque Ipeca, es a menudo uno de nuestros mejores remedios en el primer periodo del asma y de la tos ferina, antes de que el periodo de exudación se presente.

– Contra la Tos sofocativa por la que el niño se pone completamente rígido y con la cara azulosa

– ‘Tos ferina con epistaxis (índigo)

– sangre por la boca, vómitos, pérdida de la respiración, se pone pálido o cianótico y rígido.

– Neumonía infantil con grande acumalación de mucosidades en el pecho

– respiración rápida, sibilante, cianosis, cara pálida, encuentra un remedio muy eficaz en Ipeca.

– Los ancianos con enfisema por asma crónica, tambien se alivian bastante con Ipeca.

Así pues podemos reducir los trastornos respiratorios á dos condiciones:

-1.Aquellas en las cuales la excesiva acumulación de mucosidades caracteriza el caso.

– 2.quellas en las cuales el espasmo fuere el sín- toma característico.

Por supuesto que deben tomarse en consideración todos los síntomas, para diferenciar entre Ipeca, y otros remedios que tengan las mismas condiciones y estados objetivos. El poder que este remedio tiene en las hemorragias merece una mención honorífica.

Tiene hemorragias por la nariz, estómago, recto, vagina, pulmones y vejiga; por todos los orificios del cuerpo. Lo mismo sucede con Crotalusy pero la sangre en Ipeca, es roja brillante y no descompuesta. Sulph.  acid. tiene también hemorrgias por todos los orificios del cuerpo, pero los síntomas que las acompañan son diferentes.

Con Ipeca, las hemorragias son activas, profusas, rojo brillantes.

Es mejor remedio de lo que Sécale haya sido y pueda ser para las hemorragias postpartum y no es necesario usarlo en grandes y tóxicas dosis, porque las detendrá a la potencia 200 y su acción será más rápida que la de Sécale.

Anotemos algunos remedios para las hemorragias:

– Ipeca. Sangre roja brillante, profusa, con respiración difícil y náusea.

– Aconit. Activa, roja brillante, con temor y anciedad.

– Árnica. Por lesion, fatiga corporal, trabajos físicos.

– Bellad. Sangre caliente, latidos en las carótidas, congestión a la cabeza.

– Carbo veg. Colapso casi completo, cara pálida, necesita ser abanicado.

– China. Grandes pérdidas de sangre, zumbido en los oídos, desmayo.

– Crocus. Sangre en coágulos largos, obscuros, filamentosos.

– Ferruni. Sangre en parte fluida y en parte coagulada, cara muy roja o roja y pálida alternativamente.

– Hyosc. Delirio acompañado de contracciones musculares y subsaltos.

– Lach. Sangre descompuesta, sedimiento como de paja quemada.

– CrotaL, Elaps y Sulph. acid. Sangre negra, fluida al comenzar y al terminar la hemorragia, por todos los orificios del cuerpo,

Nitri, acid. Hemorragias activas de sangre brillante.

Phosph. Hemorragia profusa y persistente, aun por las pequeñas heridas y tumores.

Platin. La sangre es en parte fluida y en parte en coágulos duros y negros.

Pulsat. Hemorragias intermitentes.

Sécale. Hemorragia pasiva en las mujeres débiles, caquécticas.

Sulph. En las constituciones psóricas, cuando otros remedios fracasen.

Podían agregarse aquí otros medicamentos e indicaciones, pero la hemorragia solo es un síntoma y ella sola nunca proporcionaría una indicación segura para la elección de algún remedio, pero Ipeca, es uno de los mejores, cuando está indicado.

Ipeca, es muy conocido para la fiebre intermitente en nuestra escuela. Jahr la recomienda al principio de todos los casos á menos que no existan indicaciones especiales para, otro remedio y dice: «Prosiguiendo este método, he curado muchos casos de fiebre intermitentes, con la primera prescripción, ahorrándome de este modo mucho trabajo de buscar y compa- rar.» Todo lo que pueda decirse confirmando esta descuidada prescripción, es preferible ciertamente a la inevitable Quinina en la vieja Escuela y de algunos que se titulan homeópatas, por la razón de que Ipeca. curará más casos que la Quinina o hará infinitamente menos daño. Ipeca, puede curar más casos que la Quinina pero ambos pueden curar al enfermo, con cuyo cuadro de síntomas sean homeopáticos y siempre usando la forma potentizada de la droga.

Nosotros poseemos indicaciones tan claras para el uso de muchos remedios que no estamos expuestos á fallar una vez, donde los alópatas fallan veinte ocaciones con su imprudente tratamiento químico. La totalidad de los casos se resuelven generalmente atendiendo de uno a tres de los síntomas característicos; por ejemplo:

– Ipeca. La persistente náusea en uno o en todos los periodos.

– Ars. alb. Irregularidad en el desarrollo; sed intensa durante el. calor, bebiendo en cortas cantidades.

– Eupat. perf. Dolor de huesos; vómitos biliosos al final del escalosfrío; de 7 á 9 a. m.

– Ignat. Escalofrío con cara roja; mejoría por el calor externo; suspiros frecuentes.

– Capsic. El escalofrío comienza entre los omóplatos y de allí se extiende.

– Nux vom. Durante el periodo de calor no se puede descubrir lo más mínimo, sin sentir escalofrío.

– Natr ,mur. Escalofrío de 10 a 1 1 a. m., dolor de cabeza como si ésta fuera a estallar, durante el periodo de calor; mejoría por el sudor; útil después de la Qui nina.

– Ruhs tox. Tos durante el escalofrío; inquietud y lengua seca en el periodo de calor; agitación.

– Podoph. Gran locuacidad durante el escalofrío y el calor; ictericia.

– Ant. tart. Excesiva somnolencia durante el calor y el sudor, con cara pálida.

Estos característicos son genuinos y de toda confianza y muchos más podrían ser añadidos si tuviéramos tiempo y espacio, pero todos se pueden encontrar en la obra de H. C. Allen sobre la Fiebre Intermitente. Su estudio demuestra cuan diferentes son los remedios y que cuidado debe tener el verdadero práctico, cuando trate de seleccionar un medicamento para estos casos, así como para cualquiera otra enfermedad. Las fiebres, remitentes también se encuentran bajo la acción de Ipeca.

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